¿Qué es acción solidaria Soka?

Mientras la violencia en todas sus manifestaciones, la desigualdad, el individualismo desmesurado, la falta de conciencia sobre el cuidado de nuestra tierra, el odio y tantos otros males que hacen sufrir al ser humano, sean moneda corriente en nuestra vida cotidiana la paz parece inalcanzable. Sin embargo, podemos decir que la paz es la expresión de la sociedad que tanto anhelamos y que, en definitiva, decidimos construir con nuestro propio esfuerzo.

Ser un joven en la Soka Gakkai es vivir con la convicción de querer cambiar todo lo que nos hace sufrir, que nos causa enojo, miedo o indignación, reconociendo que somos parte de esa realidad, que nosotros asumimos el compromiso de transformar. Nichiren Daishonin nos enseña que el verdadero gozo no es el que se experimenta a solas, aislados de los semejantes. Afirma: «Alegría significa el regocijo que experimenta uno a la par de los demás»1.Y agrega: «Tanto uno como los demás se regocijarán juntos, al experimentar su propia sabiduría y amor compasivo».

En este sentido, tomando el significativo 16 de marzo “Día del Kosen-Rufu”, como puntapié inicial, decidimos avanzar juntos por la felicidad de las personas y por el cambio social como un movimiento juvenil, enraizado en la filosofía humanística del budismo. Con este espíritu, refundamos las actividades del Departamento Juvenil como el movimiento de “Acción Solidaria Soka”.

Para ello nos basaremos en tres principios, que dan sustento a cada uno de los proyectos y actividades.

El primer principio es “Avanzar en la propia revolución humana para contribuir al bien social”.
El activista de la paz Arun Gandhi quien mantuvo el legado de su abuelo, el Mahatma Gandhi, declaró: “Uno solo puede transformar positivamente la sociedad y el mundo cuando se convierte en alguien capaz de respetar a los demás como iguales, cuando lleva a cabo ese cambio gradual de actitud en su propia vida”2.

Todos podemos hablar de la paz, de prosperidad social, de la importancia de trascender el egoísmo y el odio, pero sin una filosofía y una práctica que ponga como eje la transformación individual, fácilmente, podemos caer en pregonar ideales abstractos y vacíos. Nuestro movimiento de Acción Solidaria Soka, parte de la premisa fundamental de que todas las personas poseen la naturaleza de Buda y afirma la igualdad fundamental entre todos los seres humanos. El budismo de Nichiren percibe también, en lo profundo de cada persona que sufre, el potencial de la budeidad y enseña el medio para despertar y manifestar ese estado de vida. En otras palabras, pone en primer plano la creatividad, la autonomía y el potencial supremo y positivo de todos los seres humanos. A ese proceso de transformación interior, iniciado por el propio sujeto, lo llamamos “revolución humana”.

Tal como expresó el maestro Ikeda: “Es el pueblo el que construye y moldea las sociedades, las naciones y el mundo en que vivimos. El odio y la confianza, el desprecio y el respeto, la guerra y la paz, son todos productos de la mente y el corazón humanos. De esto se desprende que, sin revolución humana, no puede haber paz duradera, ni felicidad personal ni prosperidad social”3.

El segundo principio es «Emprender acciones solidarias y cotidianas para construir la paz en nuestra comunidad». En una oportunidad, el maestro Josei Toda expresó: “La nuestra es una contienda que no se puede encarar sin amor al prójimo […] La lucha que emprendemos busca la revolución humana, es decir, la transformación interior de cada individuo; es un desafío para superar el egoísmo y lograr la condición de vida llena de amor solidario que caracteriza al Buda”4.

Para el budismo, la solidaridad y amor compasivo son en definitiva la virtud de la Budeidad. Este es el motivo de nuestra práctica para hacer surgir esa convicción en nuestro propio interior, y volcarla a la acción solidaria. Así como todos los movimientos y organizaciones tienen su base filosófica y fundamentos, el nuestro se basa en reconocer el máximo potencial en nuestra vida y la vida de los demás. Emprender una lucha por reconocer, profundamente, la dignidad y el valor de quien tenemos delante; y actuar por la felicidad y la prosperidad abarcando todos los medios posibles.

Por eso este segundo eje, nuestra acción apunta a los esfuerzos que vamos a realizar en nuestros lugares y ámbitos cotidianos, en apariencia pequeños, pero que marcará una diferencia sustancial. Como integrantes de Acción Solidaria Soka, seremos los primeros en mejorar nuestra forma de vincularnos con el medioambiente, no generando residuos innecesarios, estando dispuestos a siempre generar el diálogo y ser de apoyo para todas las personas que sufren.

El tercer principio es “Consolidar un colectivo de jóvenes comprometidos frente a los desafíos globales”.

En muchas oportunidades el maestro Ikeda nos alentó con el lema del Club de Roma “Pensar globalmente, actuar localmente”5. A partir de hoy, vamos a lanzarnos a la acción en nuestros lugares con una visión y profunda convicción del cambio que queremos generar en escala global.

Para ello vamos a impulsar campañas de cuidado y sostenimiento del medio ambiente, incluso, proyectos de ley para mejorar nuestro planeta y acción por el clima. Con respecto al Objetivo de Hambre Cero, llevaremos a cabo campañas de huertas orgánicas, o equipos de apoyo para luchar contra el hambre en los barrios. También dispondremos de distintas campañas y acciones para concientizar sobre el cuidado de la salud, la igualdad de género y para brindar apoyo concreto a adultos mayores, y a niños, niñas y adolescentes. Dispondremos de una página web donde los jóvenes podrán inscribirse a las diferentes iniciativas de Acción Solidaria Soka en las distintas temáticas relacionadas a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que sean de su interés para accionar en sus lugares.

Estamos convencidos de que a través del aliento y de brindarse por entero en esa acción solidaria comprometidos con la felicidad de las personas, vamos a emprender el cambio manifestando el brillo que cada uno de nosotros tiene y la fuerza y el poder de la unión de todos los jóvenes en pos de este ideal.

En la propuesta de paz que el maestro Ikeda presentó en la ONU en el año 2017, expresa su convicción: “La fuerza de la unión solidaria nos permite resolver cualquier problema. Confiamos en que los jóvenes asumirán la búsqueda de soluciones, solidarizándose desde su lugar de pertenencia, identidad cultural y espiritual, generando todo un oleaje de acción dinámica y colectiva”6.

Más allá de todos los desafíos que se presenten, nos pondremos de pie tomando esta oportunidad como el inicio de una contienda en bien de la paz y la dignidad humana de todos los pueblos, para construir un colectivo solidario de alcance global, que lleve como estandarte con orgullo la filosofía del budismo, que empodera y eleva la vida, con la convicción de que con nuestro esfuerzo vamos a lograr la felicidad para todas las personas y la paz en nuestro país.